(LA VOZ DE LOS TACARIGUAS 99.7 FM. Valencia; 22 de Diciembre de 2019)-El panettone se vende como churros desde el momento en el que empieza diciembre hasta mediados de enero, alcanzando (casi) el mismo nivel de popularidad que nuestro roscón de Reyes.
Te contamos de dónde viene este dulce milanés y dónde puedes comprar el 'originale' en tierras españolas.
Porque sí, teniendo en cuenta que se tarda aproximadamente dos días en hacerse, es mejor que saques la cartera.
Mientras que los españoles no conseguimos venderle un rosco (de reyes) a un chino, los italianos, que nos llevan siglos de ventaja en el proceloso arte del marketing, han convencido a medio Planeta de que su panettone es lo más de lo más en materia de dulces navideños.
Desde luego, rico está. No esos panettones de elaboración industrial que copan los lineales de las grandes superficies comerciales, claro, sino los artesanales con olor a mantequilla y esponjosidad nivel nube que emplean masa madre para su fermentación y que no puedes parar de engullir hasta que los finiquitas.
Aunque hay diversas leyendas sobre su origen, la receta tradicional se le atribuye a un tal Toni, que vivió en Milán en tiempos de la corte de Ludovico ‘El Moro’, a finales del siglo XV. Al parecer, en un banquete navideño ducal, al cocinero de palacio se le quemó el postre, y para sustituirlo, a Toni, que lavaba platos, se le ocurrió servir un pan dulce que él mismo había preparado con ingredientes como yemas, mantequilla y fruta confitada.
La creación, de gran éxito, se bautizó como ‘pane de Toni’, y ha llegado hasta nuestros días como panettone (panetone a secas en español), convirtiéndose en un postre tradicional navideño, sobre todo en Italia.
El panettone comenzó a producirse en serie en el siglo pasado, cuando el industrial milanés Angelo Motta añadió a la receta kilos de mantequilla. Y es la que ha llegado a nuestros días. “Cuando yo era joven y el panettone solo se comía en Italia, las dos marcas de referencia eran Motta y Alemagna”, dice el romano Roberto Mulinacci (69 años), al frente del restaurante familiar La Lasagna di Patrizia de Pozuelo de Alarcón (Madrid). “Hoy han surgido muchas marcas. Hace dos años, en una feria gastronómica al norte de Italia, descubrí a más de 50 artesanos que elaboran este pan”, dice.
En su local, Roberto solo sirve panettone en ocasiones especiales y a la ricetta antigua (según la composición originaria), pero lo rellena con la crema de queso mascarpone con la que realiza su logrado tiramisú. Porque el panettone admite todo, desde el chocolate con licor (excelso el de la marca italiana Negrini) hasta la crema de pistacho, como la que incorpora la línea Animalier de Muzzi, una antica pasticceria de Foligno, en la provincia de Perugia. En Muzzi despachan más de 50 variedades, que en España se venden en la tienda gourmet Mantequerías Bravo por 29,90 euros. Los hay de naranja, de crema de gianduja, de pasas, de castañas, de ron y pera, de champán, de vino dulce, de limoncello, de mandarina tardía, de tres chocolates, de cereza, glaseado con almendras, de higos y pepitas de chocolate, de café y hasta con un toque de azafrán.
En España, los mejores artesanos pasteleros también los elaboran. El de Oriol Balaguer resultó premiado con el título de Mejor Panettone Artesanal de España 2017. Este año, el jurado de la Escuela de Pastelería del Gremio de Barcelona, que organiza el evento, ha distinguido a Cloudstreet Bakery (Barcelona). El año pasado le tocó a Ochiai, también en la ciudad condal.
Para probar los italianos en Madrid, puedes acudir a Casabase y al puesto de Alfonso del Greco en el Mercado Barceló, que vende el panettone de Attilio Servi, el pastelero del Vaticano.
Si piensas que a continuación vamos a señalar paso por paso cómo cocinar un panettone en casa, estás equivocado. Es muy ardua la tarea y puedes hasta sudar. Empleando masa madre, que es lo suyo, se pueden tardar hasta dos días. Así que lo mejor es que lo compres.
¿Cómo guiarte para escoger el mejor? Como la mayoría de estos panes llega en cajas de cartón, es difícil calibrar a simple vista su calidad, por lo que deberías fijarte en el precio. Si ronda los 30 euros es que es artesanal. Por debajo de 15 euros, industrial. Así de facile e divertente.
TXT: Alison Parada
Comentarios
Publicar un comentario